miércoles, 24 de febrero de 2016

Sueño n°1

Veo una fuente con agua estancada
en medio de un desierto
silencioso,

escombros de otro tiempo
que reflejan el presente,
la permanencia de un estado
inherte
evoca un episodio inequívoco
aunque ya lejano.

Mis ojos velan el espacio imaginario
delineado por una laboriosa hormiga.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Canción de navidad

luces inconclusas 
asoman en el cielo

todo es tan triste como solo puede ser
celebrar la tristeza

morder almendras puede ser
un hábito desconsolado

algo nuevo que comienza
y a la vez
algo que perdimos para siempre
olvidado debajo de un árbol navideño.

las luces continúan titilando en el aire.

jueves, 2 de julio de 2015

Prefacio de invierno


Que todo se acaba, siempre lo supiste.

Cuando se acaba el dinero,
también se acaba la yerba para el mate,
se acaba el papel higiénico,
se acaba el dentífrico.

Todo se acaba,

Cuando se acaban las reservas
también se acaba el tiempo
se acaba la insistencia
se acaba la juventud.

Sin embargo no quieres dejar de creer
que esta vida puede ser perfecta,
que todos nos merecemos ser felices.

Observas el almanaque y adviertes
que el invierno recién comienza.

Afortunadamente
todo se acaba.

Piensas y sonríes..

lunes, 20 de enero de 2014

Promesa.

Todos hemos perdido algo, broder, me dijo Camilo.

Levantó la botella y la apoyó sobre su frente
al menos está fría, escuché que decía.

Por ejemplo, ya nadie se asusta de la muerte,
las cosas solo suceden, sin más. Vaciló.

Sostenía un filtro de cartón con los labios
mientras armaba su porro

y con lo que quedaba libre de su boca
murmuraba frases desde ese rincón.

Ví que sacaba una fotografía de su billetera
y me la alcanzaba. Ví una mujer morena.

Es muy guapa, le dije, devolviéndole la foto.
Guapísima, pero ella está muerta, broder.

Las palabras de Camilo sonaban como las notas
sueltas de una melodía incoherente.

Sin embargo, le dije todo lo que debía decirle.
Nunca hay que guardarse un sentimiento.

A lo lejos se escuchó murmullo que pareció inquietarlo,
me pasó la botella, le dí un buen trago.

La noche parecía irreal, como una escenografía
montada por seres imaginarios.

¿Y que fué lo que le dijiste? le pregunté.
Camilo encendió su porro y el rostro
se le iluminó por un segundo en la penumbra.

Le dije, que si me traicionaba,
la mataría. Me contestó.

miércoles, 15 de enero de 2014

elegía

Intentaste toda la tarde escribir el poema
que te sirva de espejo
un texto que no hable de incendios,
ni de la miseria, tampoco de la muerte,
que no pronuncie la palabra miedo,
ni refiera los motivos del crimen.

Hay un Dios que no sabe perdonar.

Buscaste una anécdota que te sirva para definir
al personaje del poema.

Ese personaje que no es nadie
en particular
pero que tiene fiebre de resaca,

y  teme desaparecer en la superficie
o sobrevivir apenas como un suicida.

La desgracia no es más
que otra de las formas de la fortuna.

Se oyen las sirenas anunciando el final,
demasiado tarde para pensarlo otra vez

alguien llama a tu puerta,
y cada golpe te estremece el pulso
la birome tiembla en tu mano
el papel en blanco transformado ahora
en una elegía inconclusa
es lo único que te queda

El arma cargada espera
sobre la mesa de luz.

Fin.

lunes, 6 de enero de 2014

Elemental silencio


Solo te pido que ya no me hables
de tus viajes por Latinoamérica

ni de rutas delgadas como alambres
que cruzan el horizonte apenas iluminado
por estrellas distantes

no me hables de rumbos inciertos
ni de aquella brújula que te obsequié una vez,
irónicamente

ya no vuelvas a mencionar la palabra "pasaporte"
ni te refieras al universo, tampoco me hables
de tus amigos imaginarios,

ya no me hables de tus fotografías,
ni de itinerarios desconocidos,

no me hables de trabajos temporales,
que podrían servirte para mantenerte
un tiempo más, en cualquier puerto.

por favor, ya no me hables de trenes,
ni de la belleza de los paisajes del sur

ya no me hables de estaciones de micro,
ni de mochilas enormes, ni siquiera pronuncies
que tuviste un sueño

en el que aún permanecíamos descalzos o desnudos
bajo el cielo inmenso de algún verano

ya no me hables de la vaga certidumbre
de nunca más regresar,

porque esa es solo otra manera de confirmar
que somos como animales vagabundos

como perros desnudos que se olfatean
y cojen y después se olvidan
y nunca más se necesitan.

Solo te pido que ya no me hables
y que nunca más regreses.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Confesión

Hubo mujeres que nunca supieron mi nombre
y sin embargo no les mentí.

Hubo mujeres que me amaron y no supe que hacer
entonces las perdí para siempre.

Hubo mujeres desnudas que me escucharon llorar
mientras dormía.

Hubo algunas mujeres que me odiaron con fervor
pero no quise comprender porqué.

Hubo mujeres anónimas, que me descubrieron
velando por la delicada tristeza de las cosas.

Hubo otras, en cambio, que se masturbaron conmigo
sin nada más a cambio.

Hubo mujeres que olvidé, porque la cobardía
es un mecanismo infame pero a la vez infalible.

También hubo mujeres que conversaron conmigo
sin saber quién era, ni de dónde llegaba mi voz.

Y les hablé de lugares desconocidos, de preciosas pesadillas,
o de poetas malditos, inéditos, amigos míos,
borrachos y desesperados por la tristeza.

Hubo mujeres a las que les cociné manjares
y observé sus muelas masticar

Mientras un pensamiento lascivo se figuraba en mi mente.

Un pensamiento que guardé conmigo para siempre.